miércoles, 14 de mayo de 2014

Y la impresora se reniega nuevamente

Esta ya es historia vieja, por suerte le llegé a agarra la mano para domar tán arisco aparato, pero hace días cuando creia que todo estaba solucionado, que la limpieza había sacado toda maldad, impureza y suciedad de su interior, al rato nomas ya se había renegado.

Comon si resabios de una facción revolucionaria resurgiera de las sombras para asestar otro golpe a la vil tiranía que como cual déspota dictador le propinaba luego de interminables horas de trabajos pesados de impresión.

Rios de tinta diseminados por incontables páginas donde se diluían en el blanco inmaculado de las hojas dispuestas en su bandeja de entrada frente a la espesa y negrusca mezcla de colores de infinitas limpiezas de cabezales.

No basto el despansurramiento y desarme total de la misma, esa vez hubo que interiorizarse más en las oscuras malezas que soponen la oscuridad de la carcaza y las cintas de contacto, había que llegar al núcleo del asunto, una pasada rápida no bastaba para parar de raíz las continuas insubordinaciones.

Pero no queda otra que comprender que es imposible evitar que tales brotes de mala azarosidad me juegen en contra, que una parte de una hipotética pseudo consciencia anidando en los circuitos de la disocha máquina no pudiera encontrar argumentos para complicarme un poco la vida o que simplemente es desgaste propio del equipo sumado a una conjunción de variables como la viscosidad de la tinta, las cantidades almacenadas en los cartuchos, y oscuras razones no desencadenen en el no funcionamiento.

Los sacerdotes de la noble orden de HP, podran alegar razones como la heregía de caer en pecados de recarga de cartucho, de no registración de producto, de no utilización de consumibles "santificados" por su mano entre otras cuestiones releidas en su biblia legal y no ética para paganos como nosotros que no venden su alma para comprar cartuchos "originales", pero los HdP saben muy bien que solon dicen sarzas para enbaucar a quien pobre corderito se digne  creerles y comulgar entre sus filas.

Pero ya me fui de tema, la escala final para la resolución de tan aquejante problema se simplificó al ablande de la tinta reseca en los inyectores, cosa que por suerte y gracia del destino no me demoró mucho y no resultó en daños irresolucbles para tan odioso aparato.

Sim más me despido hasta otro rato de pavada y locura.

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